sábado, 8 de enero de 2011

Anecdotas (1) Un tímido, por favor.



    Estaba yo, tan tranquila, un día, sin mucho trabajo que hacer,y  entonces, mi hermana me dijo.
    -Ves a mi mesa, y mira haber si quieren café.-A diferencia de mi, ella tenia gente que atender.
    -¿La de tres?- Le pregunté, mirando al centro del comedor, donde estaba dicha mesa. Esperé a que me contestara.
    -Sí, esa.
    Asentí, y me dirigí hacia el sitio indicado con resolución. Cuando llegue, me puse en el centro, para que me pudieran ver, y con una sonrisa les pregunte:
    -¿Quieren algún café?
    De inmediato, se pusieron a dictarme, mientras yo sacaba la libreta para apuntarlo todo y que no se me olvidara.
    Eran dos hombres y una mujer… creo.
    -Yo quiero un bombón,- me dijo la mujer.-lo apunté.
    Me giré hacia uno de los hombres, y me dijo:
    -Un solo.-Hice lo propio.
    Cuando llegue al último, sin mirarle, concentrada en apuntar lo ultimo que me pedirían, me soltó.
    -Quiero un tímido, por favor.
    Fui a apuntarlo, cuando me pare…¿tímido?
    Le miré por primera vez,- no recuerdo su aspecto…- y completamente extrañada, sin entender, le pregunté.
    -¿Perdone?
    -Un tímido,- contesto él, convencido. Sonriendo, se explico.- Un tímido es un cortado, pero como los cortados son los chicos de ahora, yo llamo a los cortados, tímidos.
    Me reí ante la sugerencia.
    Apunte tímido en la libreta.

    Me estube riendo un buen rato después de que se marcharan.
Si tomara café,- que no lo hago,- pediría un timido… o un cortado ;D

La de la foto no soy yo, simplemente me ha hecho gracia xD

1 comentario:

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Esta to guay *_______*

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Sentía un dolor casi físico cuando el conde y la condesa entraban al mismo tiempo.. su amor mutuo era evidente, un vinculo genuino que les proporcionaba seguridad y felicidad. Hasta Logan y Serah intercambiaban a veces unas miradas que ponían de manifiesto que se gustaban. Esas miradas, ese amor, llenaba a Kylar de un anhelo tan hondo que creía que le abriría un hueco en el pecho. No era simple hambre; una rata de hermandad conocía el hambre igual que conocía las alcantarillas donde se acurrucaba buscando calor en invierno. El hambre no era comoda, pero resultaba familiar y no era algo que temer. Lo suyo era una sed, como si su cuerpo entero estubiese reseco, cuarteado, a punto de desmigajarse. Moriría de sed a orillas del lago más grande del mundo.

Todo aquello le estaba vedado. Para él, ese lago era un océano.

Era agua salada que solo le daría más y más sed, hasta causarle la locura y la muerte. El amor era la muerte de un ejecutor. Locura, debilidad, vulnerabilidad y muerte, no solo para el propio ejecutor, sino también para cualquiera que lo amase. En la vida de Azoth todo era muerte. Había jurado no amar jamas, pero cuando lo prometió no había visto nada parecido a lo que el conde y la condesa compartían. Resultaba tolerable si por lo menos le importase a alguien.


El Ángel de la Noche 1, El camino de las Sombras de Brent Weeks


Feveradicta *¬*


Mi diplomita :3

Mi diplomita :3
muchisimas gracias Karol!! ^^

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